Capitulo
11
Dedicado
a Zayn Jawaad Malik y a su familia.
Cuando
entramos al restaurante, estaba vacío. Ya estaban cerrando. En España, en
verano, a las cuatro de la tarde habría gente que ahora se estaría sentando a almorzar.
Con la sonrisa que me produjo ese pensamiento busqué a Rhys con la mirada por
el establecimiento. Era bastante grande, de forma rectangular.
Ciertamente era
un restaurante y era como un restaurante solía ser, con mesas y una barra a un
lado. Estaba decorado en tonos pasteles y el mobiliario era de madera. La verdad
es que era muy ‘cuco’. Encontré a Rhys apoyado en la barra, estaba hablando con
una señora que estaba de espaldas a mí, supuse que sería su tía. Rhys levantó
la mirada, nos vió y nos hizo un gesto
con la mano para que nos acercáramos. Realmente no sabía cómo actuar con él. La
última vez que lo vi se iba enfadado de una discoteca.
- ¡Hola
Liz! Oh, hola Alba. No sabía que tú la acompañarías- Dijo cuando llegamos a
donde estaba.
¿Acompañarías?
Oh no, oh no… El trabajo era solo para mí. Genial, era justo lo que necesitaba
Alba, una decepción más. La mire rápidamente para ver cómo reaccionaba. Ella
había pillado, como yo, que el trabajo solo era para mí. Pero, Alba era una
chica fuerte, sonrió y contestó:
- Sí,
bueno. No la quería dejar sola, es algo importante. Además no tengo nada más
que hacer – Lo dijo con total tranquilidad. La admiraba por ello. Yo después de
los dos días que llevábamos no se si me habría puesto a llorar al enterarme que
la entrevista no era para las dos. Si, seguramente hubiera llorado mientras
gritaba ¿Por qué nada me sale bien? Eso era típico de mí.
- Bueno
pues yo me tengo que ir. Esta es mi tía Mery – Me dijo Rhys, presentándome a la
señora que tenia de espaldas. Cuando se dio la vuelta me dio la impresión de
ser una señora amable. Era regordeta y con los mofletes sonrojados, los ojos
eran muy azules y el pelo rubio tenía partes canosas – Luego te llamo para ver
cómo te ha ido.
- Mi
sobrino siempre tan atento – Dijo sonriendo Mery – Pasa al despacho – Añadió
señalando una pequeña puerta a la izquierda – Tu puedes esperar aquí sentada,
¿vale? Nate ponle un refresco anda.
En ese
momento un chico poco agraciado apareció y le pregunto a Alba que quería tomar,
no me enteré que fue lo que respondió Alba porque ya estaba dentro del pequeño
despacho.
-
Cierra la puerta y siéntate, por favor.
Una vez
estuve sentada, Mery empezó a hacerme preguntas. Lo típico. Experiencia,
disponibilidad, etc, etc.
Yo había trabajado en un catering el año pasado, así
que tenía algo de experiencia y mi inglés era bastante bueno, teniendo que
tenía una madre inglesa. Eso junto con la recomendación de Rhys hicieron que la
entrevista durara unos diez minutos. Mery parecía una buena mujer, aunque se le
veía seria con respecto al trabajo. Empezaba el lunes de la semana siguiente, y
el salario estaba bastante bien aunque si Alba no encontraba trabajo, con solo
este sueldo iríamos bastante justitas económicamente hablando. Pero ya nos las
arreglaríamos, veríamos alguna manera de subsistir con solo un sueldo.
Salí de
la habitación. Allí estaba Alba sentada donde la había dejado con el refresco
intacto. No había bebido nada. Tenía la mirada fija en los cuadros de la pared
de enfrente, pero seguramente no sabría ni lo que estaba mirando. Me sentí fatal
por ella, realmente lo estaba pasando mal.
- ¿Nos
vamos? – Le dije cuando llegue a su lado y se sobresaltó un poco.
-
Claro, ¿Cómo ha ido? – Dijo mientras se levantaba y nos dirigíamos a la puerta
- ¿Te importa que volvamos andando? Ya sabes, dando un paseo.
- Para
nada. Es más, me encanta la idea.
Le
conté todo lo que había pasado dentro de la pequeña habitación mientras paseábamos
por las calles de Londres. Según el mapa no estábamos muy lejos de nuestro
barrio, y una vez allí nos sabíamos mover mejor. La tarde era fresquita a pesar
de que era pleno Julio, aun así la temperatura era perfecta para dar un paseo.
Eras una de las cosas que hacíamos mucho en España, pasear hablando de todo y
de nada, y se nos pasaba el tiempo volando.
- Voy a
volver a España – Dijo de repente Alba.
Realmente
la frase no me sorprendió, estaba esperando algo así.
-
Cuando lleguemos a casa, vamos al ciber y compramos los billetes por internet –
Le dije
-
Gracias, pero no. A ver, si tú te quieres quedar, quédate. Has encontrado
trabajo y bueno, este siempre ha sido tu sueño. Venir a pasar el verano a
buscarte la vida a Londres. Y no quiero que no lo cumplas por mí.
- ¿Eres
tonta? No, espera, lo eres. ¿En serio? Si, mi sueño… Mi sueño era pasar el
verano en Londres con mi mejor amiga, osease tú. Si tú te vas, yo me voy. ¿Que
hago yo aquí sola? No no, para nada. ¿Crees que no lo había pensando? Lo he
hecho después de estos dos últimos días. He pensado mucho en el hecho de
quedarnos, y creo que lo mejor es que nos fuéramos. Sólo esperaba a que tu lo dijeras
en voz alta, sabía que opinarías igual que yo, estar aquí ahora mismo es una
mierda…
No pude
continuar, Alba me estaba abrazando y empecé a llorar. Estábamos ahí las dos en
medio de una calle cualquiera de Londres, paradas, abrazándonos y yo encima
estaba llorando. Es más duro de lo que parece. Irte fuera de casa, de tu país,
de tus amigos y familia. Además dolía mucho que ellos no confiaran en nosotras.
Más de lo que debería. Nuestra felicidad dependía de que dos casi-desconocidos
nos creyeran o no. Eso era lo peor. Me daba rabia que ellos influyeran tanto en
nosotras, pero eso era así.
-
Sepárate – Dije llorando y riendo – Van a pensar que estamos locas o algo.
- Antes
de irnos a España quiero hacer algunas cosas, montarme en el London’s Eye e ir
a King Cross - Me reí ante su idea. Pero me pareció totalmente perfecta para
acabar nuestro pequeño viaje.
- ¿Algo
más?
-
Necesito ir a hablar con Louis. Antes de irme, quiero hablar con él. No podría
irme de aquí sabiendo que a lo mejor no lo vuelvo a ver sin haberle dicho un
par de cosas. Y tú deberías hablar con Harry…
- Lo de
Louis me parece. Si es lo que quieres lo haremos, y te acompañaré. Pero no
cuentes con que yo vaya a hablar con ese – Me miró con esa cara suya que odiaba
de ‘te conozco’ – No se merece que vaya a hablar con él. No iré a hablar con él
y no hay más que hablar.
- Vale,
vale… Creo que prefiero cuando lloras a cuando te pones a la defensiva ¿a qué
te abrazo? – Dijo riendo.
Esa era
la Alba que yo conocía, la que era mi mejor amiga.
- Lloro
porque hueles muy mal, no quería decírtelo pero es así. Y tu olor hace que
llore – Le contesté riendo también.
Y así
seguimos hasta llegar a casa. Tardamos bastante pues, nos perdimos un par de
veces y tuvimos que preguntar. Una vez en casa cogimos dinero y bajamos al ciber
para comprar los billetes. Decidimos no decirle a nadie que volvíamos y
aparecer en plan ‘surprise’. No sé porque lo hicimos, a lo mejor era una mezcla
entre vergüenza y pena de que nuestro gran viaje hubiese acabado antes de
tiempo. Compramos los billetes más baratos así que salían a las 8 de la mañana
del viernes. A la vuelta para casa nos paramos en un KFC y compramos la cena. Teníamos
ganas de comida basura.
Cenamos
viendo la tele. Echaban ‘The Holiday’. Tal vez no era la mejor película para
ver en nuestra situación, pero a mí me encantaba y no había otra cosa que
mereciera la pena en la televisión esa noche. Lloré como una magdalena, lo cual
hizo reír a Alba. La veía mejor. No sé, más madura, más segura. Quizás era el
hecho de haber tomado la decisión que creía correcta y haber afrontado que
Louis no la creía pero que ahí no se acababa el mundo.
No
tardamos mucho en irnos a dormir. Habíamos decidido que al día siguiente
iríamos de turismo por la mañana y a la tarde nos acercaríamos a casa de Louis
y Harry para que Alba pudiera hablar con él.
La
mañana del miércoles fue mucho más relajada. Ya no tenía sentido que echásemos
currículos ni que nos pateáramos Londres así que nos fuimos a ‘Picadillys’ para
ir a las tiendas a comprar souvenirs para la familia y eso. Y también compramos
algo de ropa para nosotras. También nos pasamos por ‘Harrods’ y por Camden
Town, que era una pasada, todo muy alternativo, todos los estilos mezclados en
un barrio. Me gustó mucho la verdad. Y por ultimo fuimos a Notting Hill y nos
hicimos la típica foto en la casa de la puerta azul. Comimos por allí en un
típico bar ingles.
Eran las
cuatro y media de la tarde. Mientras llegábamos a donde los chicos serian las
cinco o así, era una buena hora.
Cuando
llegamos a las puertas del edificio eran ya las seis de la tarde. Éramos
únicas, nos habíamos parado en todas las tiendas que encontramos camino del
metro y una vez en él nos montamos en uno que no era y tuvimos que volver a
atrás y coger el bueno. La verdad es que el metro de Londres era un lio.
[Narra
Alba]
No me
podía creer que ya estuviéramos allí. Sabía que había sido mi decisión y sabía
que era lo que tenía que hacer. No me podía ir a España sin hablar con él. Pero
aun así me estaba costando la misma vida no darme la vuelta y salir corriendo
de allí. Liz parecía que me había leído el pensamiento porque me dijo:
- Si
quieres nos vamos.
- No,
no. Venga vamos – Contesté decidida.
El
camino desde la entrada hasta la puerta del ático que compartían Harry y Louis
se me hizo muy corto. Sólo podía pensar en que le diría cuando lo viese.
Recreaba una y otra vez en mi cabeza las palabras que le iba a decir cuando lo
tuviese enfrente.
Llamamos
al telefonillo. Al contrario que el camino hasta la puerta, los segundos antes
de que abrieran se me hicieron eternos. Por fin se abrió la puerta. Ahí estaba
él, mirándome. No estaba sorprendido pero tampoco contento de verme, no sabría
definir su expresión.
- Hola
Louis – Dijo Liz cortando la tensión que era más que palpable en el ambiente –
Bueno yo me voy a buscar a Niall y así habláis tranquilos. Adiós – Me miró
añadiendo – Cualquier cosa me llamas.
Cuando
Liz desapareció por las escaleras yo aun seguía en el mismo sitio y Louis
también. En la puerta, mirándome.
- Bueno,
pasa – Dijo al fin - ¿Qué quieres?
La
pregunta me pilló justo cuando acababa de entrar en el recibidor.
- Vamos
al salón a hablar, ¿te parece? – Sabía que era yo quien hablaba, pero me notaba
la voz distinta, rara.
- No
creo que tengamos nada de qué hablar… Pero si, mejor vamos al salón.
Una vez
estuvimos en el salón. Él se sentó. Yo no. Pensé que lo que tenía que hacer era
mejor hacerlo de pie.
- Bueno…
¿Me vas a decir que quieres? – No lo dijo en plan brusco, pero no me miró a la
cara mientras lo decía.
- Bueno…
Yo, pues… Quería hablar contigo de todo lo que pasó el lunes.
No le
diría que me iba en dos días. Quería que si decidía creerme fuera porque
confiaba en mí, no por el hecho de que me fuese para siempre. Así era como
sentía que debía de pasar. El hecho de que me fuera no tenia que influir en su
decisión o en lo que pensara de mí. Tenía que confiar en mí por lo que habíamos
vivido esa semana, no por el hecho de que me quedase o me fuese.
- No
tenemos nada de qué hablar. Si tenías que hablar con alguien es con Niall, no
conmigo.
Exploté.
- Yo
hablaré con quien crea conveniente. ¿Crees que tras el sms que me pusiste, y el
no darme ni una explicación me iba a quedar tranquila? Pues no, creo que ambos debemos
hablar. Creo que te debo una explicación… A lo mejor no te la debo, pero yo
creo que si. Así que te la voy a dar. No me acosté con Niall, bueno eso a ti no
te incumbe pero te lo tenía que decir yo misma…
- Tú lo
has dicho. No me incumbe – Dijo aun sin mirarme.
- No me
interrumpas, por favor. – Continúe – Y sobre lo de vender una historia, real o
falsa, verdaderamente me duele mucho el hecho de que no confíes en mí. No vendí
la historia. Puedes creerme o no. Es verdad que no nos conocemos desde hace
años, pero creo que con el tiempo que pasamos la semana pasada pudiste
descubrir mejor que nadie como soy, y que soy incapaz de hacer algo así. No
podría traicionaros aunque quisiera, todo lo que vivimos la semana pasada me
impide hacerlo. Eso es lo que tenía que decir. No fui yo, ahora que ya te lo he
dicho por mi misma puedes creer lo que quieras.
No sé
que esperaba. No sé si quería que me mirase y me dijese que siempre me había
creído o no sé. Pero no fue lo que pasó. Ni por asomo. Sus palabras retumbaron
en mis oídos como si alguien estuviera golpeando un gong.
- Como
ya te he dicho no me tienes que dar explicaciones. Y respecto al sms tienes
razón no debí mandártelo. Sólo nos conocemos de una semana. No debió molestarme
tanto que hicieras lo que hiciste.
¿Qué
hicieras lo que hiciste? ¡No me lo podía creer! ¡No me creía! No le daba importancia a la semana pasada, a
nuestra amistad. De verdad creí que habíamos conectado, incluso que él sentía
algo por mí. No lo pude evitar, una lágrima de impotencia cayó rodando por mi
mejilla. Impotencia por ser tan tonta y ser la única que le dio importancia a
lo que pasó la semana pasada. Impotencia por confiar tan rápidamente en los
demás. Impotencia porque no confiase en mi palabra cuando lo que más odio es
mentir. Ni siquiera intenté pararla, no tenía por qué hacerlo. Era lo que
quería hacer. Quería llorar.
- No
llores por mí – Dijo. Aún seguía sin mirarme. En ningún momento de toda la
conversación apartó la mirada de la estantería que tenía enfrente.
- ¿En
serio piensas que lloro por ti? – Me había hecho daño. Aún así tenía mi orgullo
propio y no me iba a ir de allí dejando a Louis pensando que lloraba por él. Lloraba
por la impotencia que sentía porque él no me creía. De repente estaba furiosa.
Furiosa con el. Pero aún más conmigo por ser tan confiada. No tenía nada que
recriminarle a él. Era normal que desconfiase de mí, en una semana no se conoce
a una persona.
- No
lloro por ti – Continúe – No te preocupes. Sólo quería que supieras de propia
mano que yo no fui. Únicamente lloro porque me he dado cuenta de varias cosas,
pero tú no eres el culpable. – Sentí que ya no tenía nada más que decirle. Ya
me había desahogado. Ahora sólo quería irme de aquel piso con Liz. – Bueno,
visto lo visto tú tampoco tienes nada más que añadir, así que mejor me voy ya.
En ese
momento me miró. Por primera vez durante toda nuestra conversación. Durante el
breve momento que pude aguantar su mirada vi en ella que quería decir algo, asi
que aguardé.
- Si no
tienes nada más que decir creo también que lo mejor es que te vayas, sí.
Tuve
suficiente. Le dí la espalda y me dirigí hacia la puerta. Yo ya había hecho
todo lo que tenía que hacer y no pensaba quedarme un solo segundo más en una
habitación junto a alguien que me creía capaz de algo así. Podía ser tonta,
pero no hasta ese punto. Al cerrar la puerta dando un portazo dejé ver toda la
furia que estaba intentando contener en el piso de Louis y Harry.
Bajé en
el ascensor y salí a la calle. Me senté en un banco de la acera de enfrente y
cogí el móvil. ‘’ Liz te espero abajo
vale? No tengo ganas de que Niall me vea así. No tardes porfa’’.
[Narra
Harry]
Louis no estaba sólo en el piso. Escuchaba voces
aun antes de haber abierto la puerta. Y solo me faltó abrirla para escuchar la
voz de la otra persona. Ese inglés con acento español, solo podían ser o Liz o
Alba. Escuchando mejor me di cuenta de que, aunque sonaba enfadada, la voz era
dulce, era Alba. Liz tenía un torrente de voz. No era tan dulce como el de Alba.
Sonreí al pensar en ese detalle de Liz, uno de los miles que le hacían
especial… especialmente irritante. No sé qué hacia pensando en Liz, mejor me
buscaba un sitio donde estar. Iría a casa de Niall a jugar a la play mientras
le daba tiempo a Louis y a Alba para hablar. Cerré la puerta con cuidado. Aun
así no creo que se dieran cuenta, estaban enfrascados en su conversación.
Bajé a
la planta en la que se encontraba el piso de Niall. Iba escuchando música y en
ese momento estaba sonando ‘Paradise’ así que llegué al rellano cantando con
los ojos cerrados. Cuando los abrí para tocar el timbre me encontré unos ojos marrones
mirando.
- Wow.
¡Qué susto! ¿Qué haces tú aquí? – Antes de darle tiempo a responder, me di
cuenta de que habría venido a acompañar a Alba y que, como yo, iría a casa de
Niall a esperar a que acabasen – Ah, ya, claro.
- Niall
no está – Me dijo en un tono cortante – Creía que eras él.
- Pues
no. Así que no está… Liam está con Danielle y Zayn me dijo que iba a salir. Así
que, bueno, – Que situación mas incomoda…
– Iré a tomar algo mientras espero.
- Eso.
Tú huye, cobarde – Me dijo muy seria, pero no pude evitar reírme. Había sonado
como una frase típica de película mala de piratas o algo así - ¿De qué mierda
te ríes?
- De la
frase que has usado. Me ha hecho gracia… ¿Se pude saber de qué huyo?
- De mi
– Contestó.
- ¿De
ti? Pues si. Llevo huyendo de ti desde que te conozco pero apareces una y otra
vez.
- No estoy para bromas. Le habéis hecho mucho daño a Alba – Me dijo furiosa.
- ¿Por
qué? Que no hubiera vendido la historia – Nada mas hube pronunciado la última
sílaba supe que había cometido un gran error.
- ¿¡DE
VERDAD CREES QUE LA VENDIÓ!? – Estaba bastante enfadada por la expresión de su
cara. Estaba gritándome, y a mi no me gusta que me griten, me pone nervioso –
¿Después del día en el Zoo? ¿De la semana pasada en general? ¿De verdad nos
consideras tan rastreras para haber ido contando una historia vuestra por
dinero? Y que para colmo es mentira, porque se que Niall os ha dicho que no se
acostó con ella.
- Yo no
te considero rastrera – Añadí, quería arreglarlo. Si no me gustaba que me gritasen,
que lo hiciera ella me sentaba peor.
- Si no
crees a Alba, no me crees a mi – Dijo. Era una amiga genial, pero eso no es en
lo que tendría que estar pensando.
- Bueno
en ti confío. Ya sabes, tú pues, podrías haber vendido lo que quisieras de mi –
Sólo quería que supiera que confiaba en ella.
- Ah ósea
¿Qué has dudado de si vendería algo de lo que me contaste en el ascensor todo
este tiempo? Pero ahora estas mas relajado, claro… Por que ‘’si la amiga ha
vendido una historia y ella aun no’’ puedes respirar tranquilo. ¿Pues sabes?
Desde el Lunes nuestra vida aquí ha sido una mierda y ni si quieras me has
llamado preocupándote por mi.
No
sabía por que se ponía así. No me había entendido. Pero tampoco creía que si me
explicaba fuese a arreglar las cosas.
-
Conmigo no la pagues, que yo no tengo nada que ver - Me estaba empezando a
enfadar yo también.
- ¿Ah
no? Que mínimo llamarnos para darnos una explicación… Que mínimo creernos. Pero
ya veo que fui una ingenua por creer que éramos amigos…
- Somos
amigos. Yo te creo.
- No me
basta con que me creas, no deberías ni haber dudado… Pero aun así me crees a mi,
pero no a Alba, y eso es como si no me creyeses al fin y al cabo. Ah, ¿que
somos amigos? Pues entonces creo, chaval, que tenemos un concepto de amistad
bien distinto. ¿Si no te hubiera encontrado aquí? ¿Que? ¡Eh! Seguramente no te
habría visto más… Eso no es de amigos.
- Mira
no se que esperabas. Pero nos conocemos desde hace una semana – Me había sacado
de mis casillas. No me gustaba ser el malo de la película cuando no lo era – Y
todos los demás de la fiesta son amigos ya desde hace años… Que si, que nos
llevamos bien y que han sido buenos ratos pero que ha sido una semana ¿sabes?
Que no creo que nos conozcamos tanto y menos que conozca a Alba tan bien como
para no poner en duda que ella no fue. Te creo a ti, porque podrías haber
contado cualquier cosa de mí y no lo has hecho. Y eso hace que confié en ti,
pero soy realista y Alba es la única que ha podido hacer eso.
-
Aun puedo contar lo que quiera de ti,
por si no lo sabes – Dijo desafiante.
- Ya,
lo sé – Sabia que podía hacerlo, pero algo en mi interior me decía que ella no
lo iba a hacer. A lo mejor solo era que yo quería creer que no lo iba a hacer.
-
¿Sabes qué? Tienes razón. Esto es una tontería apenas nos conocemos, que más me
da a mí si Harry Styles me cree o no. Han sido cinco o seis días, ya esta. Sólo
eso.
En ese
momento le sonó el teléfono.
- Es
Alba. Me voy. Adiós Harry – Y me miró. Me miró a los ojos directamente. Su
mirada tenía mucha fuerza y lo peor era que, era una mirada que expresaba decepción.
Eso me dolió muchísimo.
- Hasta
otra – Le contesté, no sabía que decir, no quería que se fuera. Pero no
encontraba las palabras.
Cuando
la vi esfumarse por las escaleras fui consciente del daño que me había hecho
diciendo que solo fueron unos días sin importancia. Vale, yo había dicho lo
mismo, pero sabía que no era verdad. Sólo estaba enfadado con ella porque me
culpaba de todo. Lo que más me dolía era recordar que había utilizando mi
nombre completo ‘Harry Styles’ para hacer referencia a mí. Pero lo que más me cabreó fue que todo eso me
importase. Ella no era nadie para hacerme sentir así. Con suerte a lo mejor ni
la volvía a ver… Y me quedé ahí en medio, en el rellano de la planta séptima. A
lo mejor ni la volvía a ver… Ese pensamiento daba vueltas por mi cabeza.
[Narra
Liz]
Estaba
llorando. Durante toda la conversación con Harry me había aguantado las
lágrimas pero ya no podía más. En el sms Alba ponía que nos viéramos ya abajo
en la puerta principal. Bajé por las escaleras recordando toda la conversación.
Me había dicho que tenía que ser realista, y que en una semana tampoco nos
conocíamos tanto. En el fondo sabía que era de ingenua y de tonta haber creído
que había algo especial entre nosotros… Pero que me lo dijera él… Que me
abriera los ojos en plan: ¿Hola? Ha sido una semana, no te flipes tanto… Me
dolía demasiado pero a la vez hacia que estuviera enfada conmigo misma… ¿Cómo
podía haber sido tan tonta?
- ¿Liz?
– De repente me sacaron de mis pensamientos. Levanté la vista y vi aunque de
forma borrosa a causa de las lágrimas a Niall.
- Hey,
hola – Le dije intentado parecer normal.
- ¿Qué
pasa? ¿Que haces aquí?
- ¿No
te has encontrado a Alba abajo? – Le pregunté.
- ¿Alba
también esta aquí? No, vengo directamente del parking y he subido por las
escaleras ya por dentro. Intento hacer algo de ejercicio – Comentó riendo.
- Ya
bueno… Hemos venido porque Alba quería hablar con Louis. Nos vamos pasado
mañana. A España. Así que antes de irnos quería hablar con él.
- ¿Qué
os vais? No me lo puedo creer… ¡Pero habrá que vernos antes de que os vayáis o
algo! Danielle ha preguntado por vosotras, y Liam y Zayn seguro que se quieren
despedir.
- ¿Sabes?
Creo que es mejor que no. Es más, hazme un favor, despídete tú de ellos por
nosotras, por favor.
- Si
claro. ¿Pero seguro que no…
- No,
no. Es mejor así – Le di un fuerte abrazo – Espero verte otra vez. En un
concierto o algo.
- Si
vamos a España tendréis las entradas y todo lo que queráis más que asegurado. Y
si volvéis avisad. – Me dio un beso en la mejilla – Adiós Liz, despídete de
Alba. Me ha encantado haberos conocido.
- Lo
mismo digo – Le dije sonriendo. Continúe mi camino escaleras abajo hacia el
vestíbulo.
Salí a
la calle y vi a Alba sentada en un banco en la acera de enfrente del bloque de
apartamentos. Cuando llegué vi que tenía los cascos. Estaba escuchando música
como ausente, así que no se dio ni cuenta de que estaba allí hasta que me senté
a su lado
Las dos
nos miramos en ese momento diciéndonoslo todo. Nos conocíamos bastante bien, y
con sólo una mirada supimos que las cosas no habían ido demasiado bien.
- Que,
¿nos vamos peque? – Le dije dedicándole una sonrisa.
- ¡Sí
por favor! – Me dijo levantándose – Al final lo has visto, ¿no?
-
Desgraciadamente si… Pero en fin, disfrutemos de estas últimas horas en
Londres, ¿no? ¡Que ya nos va tocando!
Nos
alejamos dando un paseo hasta nuestra casa. Íbamos riéndonos. Pero sé que las
dos íbamos dándole vueltas a que, seguramente, esa sería la última vez que estuviésemos
en aquella calle.
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