viernes, 11 de mayo de 2012

Capitulo 25

Os quiero agradecer vuestro apoyo, vuestras menciones y comentarios adorables y TODO. Gracias por leerme.


Capitulo 25.

[Narra Liz]

- Preciosa… ¿En serio? ¿Qué te crees Haymitch? – Le dije.

No podía dormir, aunque siendo sincera tampoco lo había intentado. Estuve dando vueltas por la cama. Pensé en leer algo, pero ya me había acabado el libro, tenía que comprarme uno. Como ya no tenía nada que leer decidí ver un rato la tele y comer algo. No había nada que  me apeteciera en la nevera ni nada bueno que ver en la tele, así que simplemente me quedé sentada con un canal al azar mirando a la tele pero pensando en mis cosas. Cuando Harry entró en el salón no me había dado ni cuenta.

- ¿Haymitch? – Me preguntó, acomodándose al lado mío.

- Bah déjalo – Hice un gesto menospreciándolo – Tú no entiendes.

- Ya estas con tus frikadas – Me dijo.

- ¿Para eso vienes a molestarme mientras veía la tele? ¿Para decirme Friki? – Me hice la enfadada – Además, mis frikadas te encantan.

- También es verdad, me encanta todo de ti.

¿Por qué me decía esas cosas? ¿Por qué se me aceleraba el corazón cada vez que decía una de esas cosas? Yo no suelo ser así, no se me engatusa con palabras vacías como esas. No me gusta que me regalen la oreja, la verdad. Pero con él era diferente. Todo era diferente con él en verdad.  Cuando me decía esas cosas en público me enfadaba con él pero ahora estábamos solos y me pilló totalmente de sorpresa. Sabía que lo hacía para chincharme, pero aun así no podía controlar mi corazón. Ni el color de mis mejillas, que seguro que se habían sonrojado mucho.

- ¡Te has puesto roja! - ¡Mierda! Se me notaba.

- Ya será para menos – Dije intentando parecer segura de mi misma.

- ¿Te intimido? ¿Te pongo nerviosa? – Dijo acercándose aún más. Un escalofrío recorrió mi cuerpo.

- Mas quisieras – Le dije.

Me acarició la mejilla con el dedo índice de su mano. De manera suave y tierna, como quien toca algo que quiere pero que no puede tener o que no podrá volver a tocar en mucho tiempo. Levantó la mirada y me miró a los ojos. Se paró el tiempo. Estoy segura de que el tiempo se había parado mientras nos mirábamos a los ojos. Tenía unos ojos preciosos. Eran como achinados si te fijabas bien. Y no sólo de un tono de verde si no de una mezcla de un verde más oscuro con otro más claro, y rodeando la pupila se tornaban amarillos.

- Pues sí, más quisiera – Dijo casi en un susurro- ¿Qué ves? – Dijo de repente en un tono más alto.
Había roto la magia totalmente. Dejó de mirarme y dirigió su mirada y su cuerpo hacia el frente. Yo me quedé mirando como una tonta su perfil. Me di cuenta de ello y volví de nuevo la cara a la televisión.

- Nada, es que no me podía dormir. No tenía nada que leer y, bueno, no echan nada interesante.

- A estas horas es normal, ya sólo hay porno y programas de esos que te adivinan el futuro – Dijo.

- Como lo sabes, eh. Se nota que te gusta verlo – Le comenté.

- Si, siempre me interesa saber mi futuro… - Dijo riendo- Con quien estaré, a quien conoceré…

- Y qué, ¿te avisaron de que me conocerías?

- Pues no la verdad. Nadie me avisó de que conocería a una chica que pondría mi mundo patas arriba y haría que me planteara muchas cosas.

- ¿Eso hago? – Tenía curiosidad de saber qué cosas hacia que se plantease.

- Pues si – Dijo. Aún seguía mirando la pantalla de la televisión.

- ¿Cómo qué? – Le pregunté.

- Antes tenía muy claro que no quería una relación seria en un tiempo. Ahora lo único que tengo claro es que la quiero, pero sólo contigo. Pero claro, te vas en poco tiempo, eso hace que me plantee que puedo hacer para que te quedes conmigo. También te he hecho daño y eso me hace preguntarme qué clase de persona soy. Y obviamente me planteo todos los días si algún día estarás conmigo… Si sientes lo mismo que yo. Mi vida era más sencilla sin ti. Ahora son todo dudas y miedo a volver cagarla.

- Sí – Dije. Ni si quiera lo pensé, mi boca hablo sola. Fue casi un acto reflejo.

- ¿Si qué? – Me preguntó. Al fin me miró.

Eso, ¿si qué? ¿A qué había venido ese sí? Lo pensé unos segundos, la respuesta vino a mi enseguida. Sabía perfectamente por qué quería decir ese sí.

- Sí – Suspiré- Siento lo mismo que tú.

Sabía que era una estupidez, que decir lo que sientes no es nada malo y menos cuando es correspondido. Pero aún así me sentí muy vulnerable al decirlo en voz alta, al decírselo a él. Es cómo si me hubiera expuesto totalmente a él y ahora no podía protegerme de ninguna forma si me hacía daño.

Creo que estaba analizando lo que acababa de decir. Tenía una cara graciosa, así tan pensativo. Realmente no creía que fuese ningún secreto. Era bastante evidente para todos los demás. Pensé que para él también. Quizás no. Una vez leí que muchas veces es el propio afectado quien no se da cuenta de que le gusta a alguien.

- ¿Y por qué no estamos juntos? – Preguntó con un tono de voz en plan ‘porque somos tan idiotas y no estamos aprovechando el tiempo’

- Porque no quiero estar contigo – Le dije. Eso tampoco lo había pensado, pero me di cuenta de que era 
totalmente verdad.

- ¿Cómo? Creo que me he perdido… ¿Por qué eres tan complicada? Se normal, por dios.

- A ver, tiene su explicación, ¿vale?

- Pues quiero oírla – Dijo medio enfadado.

- Primero, no quiero que me hagas daño. Lo siento, es así. Y tampoco quiero hacerte daño a ti, y no sólo hablo de engaños o rumores o lo que sea. Sufriré cuando me tenga que separar de ti. Y no quiero sufrir, pero el separarme de ti estará ahí, y cada día que pase a tu lado, que será maravilloso, estaré más cerca de tener que irme. Cada día que te conozca más y te quiera más hará más dura la despedida.

- Podríamos, no sé,…

- ¿Qué? ¿Seguir mientras yo estoy en España y tú aquí? ¿O de gira conociendo a miles de chicas? No soy celosa pero no sé si podría con eso… Estando yo tan lejos, y tú, ¿aguantarías? Porque yo no me considero capaz de vivir sin ti aún ahora que no estamos juntos y que todavía no me he implicado tanto…

- Te odio… - Me miró – Te odio porque tienes razón, me odio, odio esta situación. Lo odio todo.

Nos quedamos callados unos momentos. No sé en qué estaría pensando él pero yo estaba viviendo una lucha interna que básicamente era ‘Dile: ¡Que le den a todo! Estemos juntos’ contra ‘Has hecho bien, así será mas fácil’

- ¿Me haces un favor? – Me preguntó.

- Lo que sea – Le dije.

- Piénsatelo, ¿va? Yo me he decido, quiero aprovechar estas semanas. Mira Louis y Alba, no les va tan mal. Me voy mañana, pero volveré, y cuando vuelva quiero una respuesta… Si me dices que no, me haré a la idea, te dejaré tranquila, haré mi vida y me acostumbraré a ti como mi amiga…Nada más. Pero de verdad espero que sea un sí. Que seas valiente, y feliz. Y sé que yo puedo hacerte feliz, aunque sean unos días – Paró- Prefiero recordar que estuvimos juntos cuando no estés que pensar en todo lo que pudo haber sido y no fue… ¿Me prometes que te lo pensarás?

- Te lo prometo – Le dije. Estaba a punto de llorar.

- Bien- Dijo muy serio y se levantó- Y ahora me voy a dormir, mañana me voy temprano.
Estaba ya de espaldas a mí.

- ¡Espera! – Le dije.

Le cogí la mano. Se dio la vuelta. Me levanté, pero era tan torpe que me hice un lio con mis propias piernas y casi me caigo al suelo. Él me sujetó. Conseguí levantarme y estar a su misma altura. Le miré. Le aparté un rizo que le caía por la frente. Me acerque más y le besé. Fue un simple roce de labios. Nada pasional. Aún así algo se encendió en mí. Mi cuerpo quería más. Toda yo quería más de él. Pero me resistí y me aparté. 
Me miró, apretó un poco mi mano, se dio la vuelta y desapareció por el pasillo.

No tardé en irme a dormir. No tenía sueño y encima no podía despertar a Alba para contárselo todo. Me mataría si entraba en el cuarto de Louis. Sonreí. Sería gracioso, muy gracioso. Pero obviamente nada adecuado y de muy mala amiga. Tenía que dejar que ella disfrutara. Además le quedaba un duro fin de semana sola conmigo y mis problemas y rayadas.

[Narra Niall]

Me desperté temprano, cosa que odiaba y me costaba mucho trabajo. Preparé una pequeña maleta con algo de ropa, tampoco mucha. Aún tenía ropa en mi casa de Mullingar para cuando iba a ver a mis padres y amigos.

Tenía muchas ganas de ir. Echaba mucho de menos mi casa, a mi familia y, sobre todo, la comida de mi madre. Era la mejor cocinera del mundo. Como era un vuelo internacional tenía que estar pronto en el aeropuerto por eso tuve que levantarme temprano para que me diera tiempo de pasarme por la cafetería para despedirme de Charlotte antes de irme.
Llegué un poco antes de la hora a la que solíamos ir los chicos y yo, así que Charlotte se sorprendió de verme allí pero en seguida su expresión se tornó feliz y me ofreció una gran sonrisa. Cuando sonreía todas las pecas de su cara se movían. Me encantaba.

- ¿Cómo tu por aquí tan temprano? – Me preguntó mientras iba de aquí para allá, preparando algunas mesas.

- Quería verte antes de irme al aeropuerto.

Habíamos hablado por teléfono. Sabía que me iba unos días a casa, pero aún así quería despedirme de ella en persona y además hablar con ella sobre una idea que me había surgido durante la noche. Básicamente la idea había sido de Alba, pero yo le había estado dando vueltas y como ella, pensé que podía ser una buena solución. Algo arriesgada y seguro que no sería fácil, pero era la única solución razonable que encontraba a nuestro problema. Había estado pensando cual sería la mejor forma de planteársela a Charlie. Ella era muy madura para su edad en muchos aspectos, en el colegio y en su trabajo, por ejemplo. Era responsable y sensata. Pero conmigo no. Eso me gustaba, me gustaba pensar que yo hacía que se volviera más alocada y despreocupada… Pero para esta situación era mejor que entendiera y comprendiera que era la mejor solución. Mejor sin duda a que se escapara conmigo o que siguiera sin hablarse con su padre.

- Me parece perfecto – Dijo acercándose a mi.

Llevaba un paño húmedo en la mano para limpiar las mesas y el uniforme de la cafetería. Cómo siempre el pelo lo llevaba recogido en una cola alta. Miro alrededor, se acercó un poco más y me dio un beso.

- ¡Ea! Pues ya me puedo ir tranquilo – Le dije riendo.

Se rio mientras iba a la barra. Se metió por detrás y me llamó para que me acercara.

- Siéntate – Me dijo señalando uno de los taburetes – Hay poca gente, podemos hablar un ratito.

- Perfecto – Dije sentándome – Además hay algo de lo que quiero hablarte.

- Dime.

 - Se me ha ocurrido una idea que puede… No sé, puede que sea la solución y así podamos ser una pareja normal, y salir, y vernos fuera de esta cafetería.

- Soy todo oído, entonces – Dijo.

- Además no conlleva que te escapes ni te pelees con tu padre, ni nada de eso…

- ¿Cuál es esa maravillosa solución tan perfecta?

- Pues – Ni si quiera a mi me encantaba la idea, pero no veía otra mejor – Que hable con tu padre. Ya sabes, que le deje ver que mis intenciones son buenas – Me reí, sonaba como si estuviéramos en el siglo pasado.

- ¡Ni que fuera 1930! – Dijo alzando un poco la voz, pensaba lo mismo que yo – A ver, soy mayorcita para elegir a mi novio y hacer lo que quiera. Debería confiar en mí y en mi criterio, no tienes que demostrarle nada…

- Lo sé, pero es que si no, ¿qué? ¿Solo verte mientras trabajas? ¿O que te escapes y acabes con la relación con tu padre? No quiero eso…

- Ya, pero, es que… No me parece.

- Piénsatelo, ¿vale? Hablaría con él para que viera que quiero estar contigo y que no te haré daño jamás, y que como él no quiero que te atosiguen los paparazis ni nada de eso… Piénsatelo y coméntaselo mientras estoy fuera y cuando vuelva hablaremos y verás como al final le caigo genial y acabamos…

- ¿Acabáis yendo de pesca juntos? Como en las películas, ¿no? – Me interrumpió enfadada.

- No te enfades – Le dije.

- No me enfado, pero entiéndeme. Trabajo, saco buenas notas, nunca he llegado borracha ni nada de eso, no fumo, ayudo en casa… Se podría decir que soy la hija perfecta, y aun así no confía en mí ni me deja libertad.

- Lo sé – Le acaricié la mano – A veces los padres no se dan cuenta de lo que tienen. Pero yo creo que en el fondo sabe como eres y confía en ti, lo que pasa es que estás creciendo y eso le dolerá.

- Psicólogo a domicilio – Seguía enfadada.

- No quiero irme así…

- Lo siento – Me devolvió la caricia – Se que no es culpa tuya y… Y quizás tengas razón, y esta sea la mejor solución. No sé, me lo pensaré.

- Eso es lo único que te pido. Bueno, eso y que me eches de menos.

- Lo segundo te lo garantizo. Pásatelo genial, bebe Guiness por mí, sal de fiesta con tus amigos, come toda la comida que puedas y tráeme un leprechaun de regalo.

- ¡Hecho! – Dije levantándome – Tengo que irme…

Salió de la barra. No había entrado ningún cliente después de mí, así que seguía igual de vacío que al principio. Sólo un par de mesas con gente desayunando. Se dirigió hacia a mí y me abrazó poniendo su cara en mi pecho. Era más bajita que yo, eso me gustaba porque yo no era lo que se podía decir alto… Le besé el pelo. Levantó la cara y me dio un beso. Era un beso de despedida. Ambos sabíamos que no nos volveríamos a besar en unos días y queríamos trasmitir todo lo que pudiéramos con ese beso. Por ello se alargó más de lo debido teniendo en cuenta que ella estaba trabajando.

Finalmente fuimos conscientes de dónde estábamos. La realidad volvió y tuvimos que separarnos. La volví a abrazar y le susurré al oído:

- Antes de que nos demos cuenta estaremos juntos de nuevo.

Me abrazó más fuerte. Nos apartamos. Me dirigí a la puerta, volví a mirar atrás pero no estaba mirándome. Una de las mesas había acabado y le estaban pidiendo la cuenta. Abrí la puerta y salí al exterior. Respiré. A pesar de todo estaba contento, me había dicho que se lo pensaría y en unas horas estaría en mi querida Irlanda.

En el aeropuerto tuve que hacerme algunas fotos y firmar autógrafos. Lo cual me encantaba. Cuando llegué a Irlanda tuve que hacerlo de nuevo. Al fin estaba en mi tierra. Quieras o no se echa de menos tu país. No me quejo de nada de lo que me pasa ni de vivir en Londres que es una ciudad increíble, pero yo soy irlandés y eso no lo cambiaría por nada.

Les mande un sms a los chicos diciendo que había llegado bien. Eran como mis hermanos y cuando estábamos separados nos escribíamos o llamábamos todos los días. Estaba acostumbrado, después de dos años, a estar casi todo el día con ellos.

Mi padre estaba esperándome en el coche. Le abracé con fuerza. Echaba de menos su olor, usaba siempre la misma colonia y siempre que se la olía a alguien me recordaba a él. Pensé en lo unido que estaba a mi padre. No podía permitir que Charlie perdiera eso con el suyo. Quieras o no sólo tienes unos padres y ellos siempre, de una forma u otra, están ahí.

[Narra Alba]

Me levanté sin hacer ruido. No me parecía justo despertarlo cuando podía quedarse más tiempo durmiendo. Además no se podía decir que hubiéramos descansado mucho durante la noche.

Mientras me duchaba me sentí un poco mal por irme sin despedirme. Ya no le vería hasta dentro de unos días, y aunque esa noche había sido la mejor despedida, no me parecía bien que cuando se despertara yo ya no estuviera ni nada. Por eso busqué un papel y un bolígrafo y me dispuse a escribir una nota despidiéndome de él, diciéndole cuanto lo echaría de menos y lo mucho que le quería.

Cuando entré al cuarto para dejarle la notita en la mesilla de noche me di cuenta de que ya estaba despierto.

- Buenos días  - Le dije sonriendo.

- ¿Una notita? Así, sin más… – Dijo. Por un momento pensé que estaba enfadado, pero me bastó con mirarlo un segundo para darme cuenta de que estaba de broma - ¿Eso significó esta noche para ti Lilly? 
Espera, Lilly, no, era Mary…

- Ya no me acuesto con tíos de una noche más… – Dije siguiéndole la broma – Ni si quiera te acuerdas de 
mi nombre… ¡JENIFFER! ¡Me llamo Jeniffer!

- Bueno, eso – Dijo – Deja la nota ahí.

Me acerqué a la mesilla de noche muy digna y cuando dejé la nota noté como sus manos me agarraban la cintura y me empujaban hacia la cama. Me caí en ella riendo. Me buscó la cara y me besó.

- ¡Buenos días! – Me dijo entre besos.

- Voy a llegar tarde y tú tienes que preparar las cosas para el viaje.

- Verdad. Pero piensa que vas a estar tres o cuatro días sin verme…

- ¡No sé si aguantaré! Quizás me busque a otro para, ya sabes, entretenerme y que no se me haga tan largo…

- Me parece – Dijo – Es razonable.

Le besé e intenté incorporarme, pero me agarró y me tiró de nuevo encima de él.

- ¡Como te busques otro mataré a todos los cachorros del mundo!

- Entonces no, tengo que salvar a los cachorros del mundo.

- ¡Eso! – Me volvió a besar.


- En serio Louis, me tengo que ir aunque no quiera – Le dije.

- Me encanta como suena mi nombre con tu voz, con esa pronunciación tan graciosa.

¿Por qué era tan adorable? Así era imposible levantarse e irse a trabajar. Y más sabiendo que no estaría en casa al volver. Sería tan rara la casa vacía sin ellos. Les habíamos dicho que nos iríamos a otro lado pero no nos habían dejado. En parte era algo incómodo que nos quedáramos allí y en parte no. Así que decidimos quedarnos, además tampoco es que tuviéramos otro sitio a dónde ir y teníamos nuestras cosas allí. Pero sería tan extraño. Estar en esa casa sin ellos viviendo como si fuera nuestra…

- ¡Tierra llamando a Alba! ¿No decías que tenias prisa? – Louis me sacó de mis pensamientos.

- ¡Y así es! – Me levanté. Esta vez me dejó, le besé – Me voy ya.

- ¡Que te sea leve! – Dijo.

- ¿El qué? ¿El trabajo o estar sin ti? – Le pregunté desde la puerta.

- Ambas dos – Dijo, me acerqué y le volví a besar.

Estaba de rodillas al filo de la cama, me agaché un poquito para besarlo y después me quedé con mi frente apoyada en la suya.

- Recuerda que te quiero, que te echaré de menos y que quiero que disfrutes mucho, ¿vale? –Le dije.

Movió su cabeza afirmativamente.

- Te digo exactamente lo mismo – Y me besó, me rodeó con los brazos y me apretó contra él.

- Me tengo que ir, en serio. Llegaré tardísimo – Le dije apartándome un poco, pero tampoco mucho.

- Vale, ya te suelto – Al fin me soltó y me volví de nuevo a la puerta – Te quiero – Me dijo.

- Y yo.

Me armé de valor y conseguí salir de ese cuarto. Cogí mi bolso y me dirigí a la puerta.
El día en el trabajo se me hizo eterno. Sólo pensaba en que estaría haciendo él. Miraba el reloj y era como ‘ahora estará saliendo’, ‘ahora estará en el aeropuerto’, ‘ahora en el avión’, ‘despegando’, ‘aterrizando’, ‘llegando a su casa’… Así el tiempo pasaba muy lento. Era viernes pero no teníamos plan. Liz y yo no habíamos hablado de ello, y no estaban Danielle ni los chicos. Yo tenía conocidos y Liz también por el trabajo y eso, pero no sabía si tenía tanta confianza como para salir con ellos. Además no me apetecía mucho irme de fiesta. Si acaso una cena tranquilita y un paseo por Londres estaría bien. Se lo comentaría a Liz cuando llegara a casa. Además así podíamos hablar tranquilamente. Ponernos al día, estar las dos solas como en España. Sin novios ni Harrys de por medio.

Al fin acabó mi turno y pude irme a casa. Cogí el móvil y vi que tenía un sms. Lo abrí, suponía de quién seria. Y efectivamente no me equivoqué, era de Louis ‘El avión no se ha caído, sigo vivito y coleando, lo siento ;) Por cierto te echo de menos’

[Narra Liz]

La idea de Alba me pareció más que perfecta. Cenita las dos solas y un paseo tranquilo. Lo necesitaba. No sólo porque echaba de menos nuestros momentos, sino también porque mi cabeza era un campo de batalla entre decirle que sí y decirle que no a Harry. Hacía listas mentales de pros y contras, me imaginaba situaciones… Básicamente no pensaba en otra cosa. Necesitaba hablarlo con alguien, necesitaba a mi psicóloga personal y gratuita.

Elegir el sitio para cenar fue más difícil. Queríamos cenar en algún sitio en plan bien, no en un Mcdonalds o algo de eso. Nando’s era mejor, pero comíamos muchas veces allí. Además queríamos algo que no fuera del todo comida rápida, nos decantamos por uno que se llamaba ‘The Valley’, estaba en Candem Town pero no era muy caro y parecía que la comida tenía buena pinta.

Hablamos de estoy y de aquello. Dejé que me hablara de Louis, del trabajo, recordamos momentos en España, aquí. Como siempre el tiempo hablando con ella se me pasó volando. Lo pasábamos bien y ella tenía derecho a hablar de Louis, así que no saqué el tema de Harry durante la cena. Quería disfrutar de su compañía. Que por unos momentos mi vida no girara en torno a él. Y lo conseguí, disfruté de aquel momento con Alba como en los viejos tiempos y pensando sólo en el ahora.

La comida no estuvo mal. Algo cara para mi gusto. No es que fuera una agarrada pero en aquel viaje no nos podíamos permitir despilfarrar, sobre todo porque teníamos que ahorrar para pagar el sobrepeso que seguro que llevábamos de vuelta.

Como estábamos en Candem Town decidimos dar una vuelta por allí. Fuimos a la parte de las tiendas. Todas con escaparates tan extravagantes y fachadas originales. La gran mayoría estaban cerradas, era normal. Había algún que otro pub abierto pero no nos apetecía mucho entrar. Además con la música sería mucho más difícil hablar.

Seguimos caminando sin rumbo. Ya encontraríamos una parada de metro, en Londres había una cada dos pasos, así que no nos preocupamos mucho por si nos perdíamos. Esta confianza no la teníamos al principio. Recuerdo que lo que más miedo me daba era perderme por aquella ciudad inmensa, y ahora me la recorría como si fuera la ciudad en la que llevaba viviendo toda mi vida.

- He hablado con Harry – Le dije mientras paseábamos.

- Es normal. La gente habla… Unos con otros – Dijo riendo.

- Las había tontas y luego estás tú – Contesté sonriendo.

- Vale, vale… ¿De qué hablasteis?

- Pues de él y de mi – Dije.

- ¿Te importaría ser más especifica? Por favor.

- Pues es que es eso – Me costaba contárselo aunque fuera mi mejor amiga- De él, de mí y de nuestros sentimientos.

-  ¡Ah amiga! Lo de ‘vuestros sentimientos’ cambia las cosas… Así que ahora mismo quiero una versión resumida pero con todo detalle. ¡Lo exijo!

Se lo expliqué todo. Le comenté no sólo toda la conversación que había tenido con Harry la noche anterior, sino también todo lo que habíamos pasado juntos en esta semana. Y sobre todo le hablé de lo que sentía. Ella ya lo sabía, por descontado. Me conocía muy bien, mejor que yo misma diría incluso. Pero aún así era necesario que hablara con alguien de mis sentimientos de aquella forma. Desahogarme y poder pedir una opinión. Además muchas veces al expresar tus sentimientos en voz alta tu misma los ves con mayor claridad y encuentras soluciones. No fue el caso. Tras sacarlo todo seguía igual de confusa, con las mismas dudas. 
Pero al menos Alba ya sabía todo y podía aconsejarme, entenderme o incluso simplemente estar ahí mientras yo me decidía. Al fin y al cabo sería mi decisión y las consecuencias las tendría yo. Aunque la ayuda de una amiga que te quiere nunca viene mal.

5 comentarios:

  1. hjahsajshajshaj, yo...he pensando que viviendo en la misma casa que Harry no sería tan amiga eh jaja okno, me encanta, siguienteeee <3

    ResponderEliminar
  2. Alba y Louis son asjkdgsajkdgagh, cuando no la deja irse de la cama, fucking adoreibol. QUE SALGAN JUNTOS LEÑE. Después si eso se fugan al polo norte, y son felices con los pingüinos.

    ResponderEliminar
  3. Oh, que pena que se vayan. Espero que se solucione todo, en el caso de Harry y Liz, y en el de Charlotte y Niall. Son tan lovelys ellos hahaha. En resumen, que este capítulo es perfecto, como cada uno de los anteriores, como tu novela, y como tú.
    Por cierto, Liziosidad mía, ¿sabes quién soy? No, no lo sabes hahaha. Soy -T, pero ya ha llegado el momento.. Soy @emma_lovestyles. ¿Sorprendida? Jaja, en el fondo lo sabías. Un besazo enorme guapa :)

    ResponderEliminar
  4. Después de haber estado toda la noche esperando a que mi hermana me dejara el portátil me dormí y no lo pude coger, así que después de uno día aquí está mi comentario!

    Este capítulo, ha sido muy bonito, a mi me ha gustado muucho! El mejor momento, y no me lo pienso dos veces ha sido ese roce de labios entre Harry y LIz! Ahora sí, espero que Liz se lo piense muy bien y elija lo que elija será la opción correcta. Aunque, hablando así, yo quiero que esté junto a Harry! Se merece ser feliz y con el lo va a ser!Por una vez, han hablado como adultos aunque bueno a Harry es inevitable que se le escape sus típicos comentarios que me encantan por cierto!Niall y Charolotte son de lo más adoreibol y espero que en un futuro, no muy lejano estén juntos y felices como se merece! Ahora sí, la pareja que no se queda atrás son Alba y Louis, esa despedida ha sido de los más BCWEUFBCWODCNO :"), me alegro que ellos al menos estén felices y juntos. Ese último momento, también me ha gustado mucho, bueono me encanta que las chicas estén juntas y pasen tiempo hablando! Y lo que más me temo, y espero que no pase, es que ahora venga un tío en plan tumblr y enamore a Liz! Ya es hora de dejar el comentario, que cuando lo estaba escribiendo se borró solo y lo tuve que volver a escribir! En fin, te adoro mucho y espero prontito el siguiente! :}
    PD: @1Derfulguys

    ResponderEliminar
  5. dfcsdfvsedgvsdv necesito 26 ya ya ya ! Cada capítulo me gusta más, si es que escribes genial tía! En serio, me encanta, síguela <3 @startliving_

    ResponderEliminar