Capitulo
25.
[Narra
Liz]
-
Preciosa… ¿En serio? ¿Qué te crees Haymitch? – Le dije.
No
podía dormir, aunque siendo sincera tampoco lo había intentado. Estuve dando
vueltas por la cama. Pensé en leer algo, pero ya me había acabado el libro,
tenía que comprarme uno. Como ya no tenía nada que leer decidí ver un rato la
tele y comer algo. No había nada que me
apeteciera en la nevera ni nada bueno que ver en la tele, así que simplemente
me quedé sentada con un canal al azar mirando a la tele pero pensando en mis
cosas. Cuando Harry entró en el salón no me había dado ni cuenta.
- ¿Haymitch?
– Me preguntó, acomodándose al lado mío.
- Bah
déjalo – Hice un gesto menospreciándolo – Tú no entiendes.
- Ya
estas con tus frikadas – Me dijo.
- ¿Para
eso vienes a molestarme mientras veía la tele? ¿Para decirme Friki? – Me hice
la enfadada – Además, mis frikadas te encantan.
-
También es verdad, me encanta todo de ti.
¿Por
qué me decía esas cosas? ¿Por qué se me aceleraba el corazón cada vez que decía
una de esas cosas? Yo no suelo ser así, no se me engatusa con palabras vacías
como esas. No me gusta que me regalen la oreja, la verdad. Pero con él era
diferente. Todo era diferente con él en verdad. Cuando me decía esas cosas en público me
enfadaba con él pero ahora estábamos solos y me pilló totalmente de sorpresa. Sabía
que lo hacía para chincharme, pero aun así no podía controlar mi corazón. Ni el
color de mis mejillas, que seguro que se habían sonrojado mucho.
- ¡Te has
puesto roja! - ¡Mierda! Se me notaba.
- Ya
será para menos – Dije intentando parecer segura de mi misma.
- ¿Te
intimido? ¿Te pongo nerviosa? – Dijo acercándose aún más. Un escalofrío recorrió
mi cuerpo.
- Mas
quisieras – Le dije.
Me acarició
la mejilla con el dedo índice de su mano. De manera suave y tierna, como quien
toca algo que quiere pero que no puede tener o que no podrá volver a tocar en
mucho tiempo. Levantó la mirada y me miró a los ojos. Se paró el tiempo. Estoy
segura de que el tiempo se había parado mientras nos mirábamos a los ojos. Tenía
unos ojos preciosos. Eran como achinados si te fijabas bien. Y no sólo de un tono
de verde si no de una mezcla de un verde más oscuro con otro más claro, y rodeando
la pupila se tornaban amarillos.
- Pues sí,
más quisiera – Dijo casi en un susurro- ¿Qué ves? – Dijo de repente en un tono
más alto.
Había
roto la magia totalmente. Dejó de mirarme y dirigió su mirada y su cuerpo hacia
el frente. Yo me quedé mirando como una tonta su perfil. Me di cuenta de ello y
volví de nuevo la cara a la televisión.
- Nada,
es que no me podía dormir. No tenía nada que leer y, bueno, no echan nada
interesante.
- A
estas horas es normal, ya sólo hay porno y programas de esos que te adivinan el
futuro – Dijo.
- Como
lo sabes, eh. Se nota que te gusta verlo – Le comenté.
- Si,
siempre me interesa saber mi futuro… - Dijo riendo- Con quien estaré, a quien
conoceré…
- Y
qué, ¿te avisaron de que me conocerías?
- Pues
no la verdad. Nadie me avisó de que conocería a una chica que pondría mi mundo
patas arriba y haría que me planteara muchas cosas.
- ¿Eso
hago? – Tenía curiosidad de saber qué cosas hacia que se plantease.
- Pues
si – Dijo. Aún seguía mirando la pantalla de la televisión.
- ¿Cómo
qué? – Le pregunté.
- Antes
tenía muy claro que no quería una relación seria en un tiempo. Ahora lo único
que tengo claro es que la quiero, pero sólo contigo. Pero claro, te vas en poco
tiempo, eso hace que me plantee que puedo hacer para que te quedes conmigo.
También te he hecho daño y eso me hace preguntarme qué clase de persona soy. Y
obviamente me planteo todos los días si algún día estarás conmigo… Si sientes
lo mismo que yo. Mi vida era más sencilla sin ti. Ahora son todo dudas y miedo
a volver cagarla.
- Sí –
Dije. Ni si quiera lo pensé, mi boca hablo sola. Fue casi un acto reflejo.
- ¿Si qué?
– Me preguntó. Al fin me miró.
Eso,
¿si qué? ¿A qué había venido ese sí? Lo pensé unos segundos, la respuesta vino
a mi enseguida. Sabía perfectamente por qué quería decir ese sí.
- Sí –
Suspiré- Siento lo mismo que tú.
Sabía
que era una estupidez, que decir lo que sientes no es nada malo y menos cuando
es correspondido. Pero aún así me sentí muy vulnerable al decirlo en voz alta,
al decírselo a él. Es cómo si me hubiera expuesto totalmente a él y ahora no
podía protegerme de ninguna forma si me hacía daño.
Creo
que estaba analizando lo que acababa de decir. Tenía una cara graciosa, así tan
pensativo. Realmente no creía que fuese ningún secreto. Era bastante evidente
para todos los demás. Pensé que para él también. Quizás no. Una vez leí que
muchas veces es el propio afectado quien no se da cuenta de que le gusta a
alguien.
- ¿Y
por qué no estamos juntos? – Preguntó con un tono de voz en plan ‘porque somos
tan idiotas y no estamos aprovechando el tiempo’
- Porque
no quiero estar contigo – Le dije. Eso tampoco lo había pensado, pero me di
cuenta de que era
totalmente verdad.
-
¿Cómo? Creo que me he perdido… ¿Por qué eres tan complicada? Se normal, por
dios.
- A
ver, tiene su explicación, ¿vale?
- Pues
quiero oírla – Dijo medio enfadado.
-
Primero, no quiero que me hagas daño. Lo siento, es así. Y tampoco quiero
hacerte daño a ti, y no sólo hablo de engaños o rumores o lo que sea. Sufriré
cuando me tenga que separar de ti. Y no quiero sufrir, pero el separarme de ti
estará ahí, y cada día que pase a tu lado, que será maravilloso, estaré más
cerca de tener que irme. Cada día que te conozca más y te quiera más hará más
dura la despedida.
-
Podríamos, no sé,…
- ¿Qué?
¿Seguir mientras yo estoy en España y tú aquí? ¿O de gira conociendo a miles de
chicas? No soy celosa pero no sé si podría con eso… Estando yo tan lejos, y tú,
¿aguantarías? Porque yo no me considero capaz de vivir sin ti aún ahora que no
estamos juntos y que todavía no me he implicado tanto…
- Te
odio… - Me miró – Te odio porque tienes razón, me odio, odio esta situación. Lo
odio todo.
Nos quedamos
callados unos momentos. No sé en qué estaría pensando él pero yo estaba
viviendo una lucha interna que básicamente era ‘Dile: ¡Que le den a todo!
Estemos juntos’ contra ‘Has hecho bien, así será mas fácil’
- ¿Me
haces un favor? – Me preguntó.
- Lo
que sea – Le dije.
-
Piénsatelo, ¿va? Yo me he decido, quiero aprovechar estas semanas. Mira Louis y
Alba, no les va tan mal. Me voy mañana, pero volveré, y cuando vuelva quiero
una respuesta… Si me dices que no, me haré a la idea, te dejaré tranquila, haré
mi vida y me acostumbraré a ti como mi amiga…Nada más. Pero de verdad espero
que sea un sí. Que seas valiente, y feliz. Y sé que yo puedo hacerte feliz,
aunque sean unos días – Paró- Prefiero recordar que estuvimos juntos cuando no
estés que pensar en todo lo que pudo haber sido y no fue… ¿Me prometes que te
lo pensarás?
- Te lo
prometo – Le dije. Estaba a punto de llorar.
- Bien-
Dijo muy serio y se levantó- Y ahora me voy a dormir, mañana me voy temprano.
Estaba
ya de espaldas a mí.
- ¡Espera!
– Le dije.
Le cogí
la mano. Se dio la vuelta. Me levanté, pero era tan torpe que me hice un lio
con mis propias piernas y casi me caigo al suelo. Él me sujetó. Conseguí
levantarme y estar a su misma altura. Le miré. Le aparté un rizo que le caía
por la frente. Me acerque más y le besé. Fue un simple roce de labios. Nada
pasional. Aún así algo se encendió en mí. Mi cuerpo quería más. Toda yo quería más
de él. Pero me resistí y me aparté.
Me miró, apretó un poco mi mano, se dio la
vuelta y desapareció por el pasillo.
No
tardé en irme a dormir. No tenía sueño y encima no podía despertar a Alba para
contárselo todo. Me mataría si entraba en el cuarto de Louis. Sonreí. Sería
gracioso, muy gracioso. Pero obviamente nada adecuado y de muy mala amiga. Tenía
que dejar que ella disfrutara. Además le quedaba un duro fin de semana sola
conmigo y mis problemas y rayadas.
[Narra
Niall]
Me desperté
temprano, cosa que odiaba y me costaba mucho trabajo. Preparé una pequeña
maleta con algo de ropa, tampoco mucha. Aún tenía ropa en mi casa de Mullingar
para cuando iba a ver a mis padres y amigos.
Tenía
muchas ganas de ir. Echaba mucho de menos mi casa, a mi familia y, sobre todo,
la comida de mi madre. Era la mejor cocinera del mundo. Como era un vuelo
internacional tenía que estar pronto en el aeropuerto por eso tuve que
levantarme temprano para que me diera tiempo de pasarme por la cafetería para
despedirme de Charlotte antes de irme.
Llegué
un poco antes de la hora a la que solíamos ir los chicos y yo, así que
Charlotte se sorprendió de verme allí pero en seguida su expresión se tornó
feliz y me ofreció una gran sonrisa. Cuando sonreía todas las pecas de su cara
se movían. Me encantaba.
- ¿Cómo
tu por aquí tan temprano? – Me preguntó mientras iba de aquí para allá,
preparando algunas mesas.
-
Quería verte antes de irme al aeropuerto.
Habíamos
hablado por teléfono. Sabía que me iba unos días a casa, pero aún así quería
despedirme de ella en persona y además hablar con ella sobre una idea que me había
surgido durante la noche. Básicamente la idea había sido de Alba, pero yo le había
estado dando vueltas y como ella, pensé que podía ser una buena solución. Algo arriesgada
y seguro que no sería fácil, pero era la única solución razonable que
encontraba a nuestro problema. Había estado pensando cual sería la mejor forma
de planteársela a Charlie. Ella era muy madura para su edad en muchos aspectos,
en el colegio y en su trabajo, por ejemplo. Era responsable y sensata. Pero
conmigo no. Eso me gustaba, me gustaba pensar que yo hacía que se volviera más
alocada y despreocupada… Pero para esta situación era mejor que entendiera y comprendiera
que era la mejor solución. Mejor sin duda a que se escapara conmigo o que siguiera
sin hablarse con su padre.
- Me
parece perfecto – Dijo acercándose a mi.
Llevaba
un paño húmedo en la mano para limpiar las mesas y el uniforme de la cafetería.
Cómo siempre el pelo lo llevaba recogido en una cola alta. Miro alrededor, se
acercó un poco más y me dio un beso.
- ¡Ea!
Pues ya me puedo ir tranquilo – Le dije riendo.
Se rio
mientras iba a la barra. Se metió por detrás y me llamó para que me acercara.
-
Siéntate – Me dijo señalando uno de los taburetes – Hay poca gente, podemos
hablar un ratito.
-
Perfecto – Dije sentándome – Además hay algo de lo que quiero hablarte.
- Dime.
- Se me ha ocurrido una idea que puede… No sé,
puede que sea la solución y así podamos ser una pareja normal, y salir, y
vernos fuera de esta cafetería.
- Soy
todo oído, entonces – Dijo.
-
Además no conlleva que te escapes ni te pelees con tu padre, ni nada de eso…
- ¿Cuál
es esa maravillosa solución tan perfecta?
- Pues
– Ni si quiera a mi me encantaba la idea, pero no veía otra mejor – Que hable
con tu padre. Ya sabes, que le deje ver que mis intenciones son buenas – Me reí,
sonaba como si estuviéramos en el siglo pasado.
- ¡Ni
que fuera 1930! – Dijo alzando un poco la voz, pensaba lo mismo que yo – A ver,
soy mayorcita para elegir a mi novio y hacer lo que quiera. Debería confiar en mí
y en mi criterio, no tienes que demostrarle nada…
- Lo
sé, pero es que si no, ¿qué? ¿Solo verte mientras trabajas? ¿O que te escapes y
acabes con la relación con tu padre? No quiero eso…
- Ya,
pero, es que… No me parece.
- Piénsatelo,
¿vale? Hablaría con él para que viera que quiero estar contigo y que no te haré
daño jamás, y que como él no quiero que te atosiguen los paparazis ni nada de
eso… Piénsatelo y coméntaselo mientras estoy fuera y cuando vuelva hablaremos y
verás como al final le caigo genial y acabamos…
- ¿Acabáis
yendo de pesca juntos? Como en las películas, ¿no? – Me interrumpió enfadada.
- No te
enfades – Le dije.
- No me enfado, pero entiéndeme. Trabajo, saco buenas notas, nunca he llegado borracha ni nada de eso, no fumo, ayudo en casa… Se podría decir que soy la hija perfecta, y aun así no confía en mí ni me deja libertad.
- Lo sé
– Le acaricié la mano – A veces los padres no se dan cuenta de lo que tienen.
Pero yo creo que en el fondo sabe como eres y confía en ti, lo que pasa es que
estás creciendo y eso le dolerá.
-
Psicólogo a domicilio – Seguía enfadada.
- No
quiero irme así…
- Lo
siento – Me devolvió la caricia – Se que no es culpa tuya y… Y quizás tengas razón,
y esta sea la mejor solución. No sé, me lo pensaré.
- Eso
es lo único que te pido. Bueno, eso y que me eches de menos.
- Lo
segundo te lo garantizo. Pásatelo genial, bebe Guiness por mí, sal de fiesta
con tus amigos, come toda la comida que puedas y tráeme un leprechaun de
regalo.
-
¡Hecho! – Dije levantándome – Tengo que irme…
Salió
de la barra. No había entrado ningún cliente después de mí, así que seguía igual
de vacío que al principio. Sólo un par de mesas con gente desayunando. Se
dirigió hacia a mí y me abrazó poniendo su cara en mi pecho. Era más bajita que
yo, eso me gustaba porque yo no era lo que se podía decir alto… Le besé el
pelo. Levantó la cara y me dio un beso. Era un beso de despedida. Ambos
sabíamos que no nos volveríamos a besar en unos días y queríamos trasmitir todo
lo que pudiéramos con ese beso. Por ello se alargó más de lo debido teniendo en
cuenta que ella estaba trabajando.
Finalmente
fuimos conscientes de dónde estábamos. La realidad volvió y tuvimos que
separarnos. La volví a abrazar y le susurré al oído:
- Antes
de que nos demos cuenta estaremos juntos de nuevo.
Me
abrazó más fuerte. Nos apartamos. Me dirigí a la puerta, volví a mirar atrás pero
no estaba mirándome. Una de las mesas había acabado y le estaban pidiendo la cuenta.
Abrí la puerta y salí al exterior. Respiré. A pesar de todo estaba contento, me
había dicho que se lo pensaría y en unas horas estaría en mi querida Irlanda.
En el
aeropuerto tuve que hacerme algunas fotos y firmar autógrafos. Lo cual me
encantaba. Cuando llegué a Irlanda tuve que hacerlo de nuevo. Al fin estaba en
mi tierra. Quieras o no se echa de menos tu país. No me quejo de nada de lo que
me pasa ni de vivir en Londres que es una ciudad increíble, pero yo soy
irlandés y eso no lo cambiaría por nada.
Les
mande un sms a los chicos diciendo que había llegado bien. Eran como mis
hermanos y cuando estábamos separados nos escribíamos o llamábamos todos los
días. Estaba acostumbrado, después de dos años, a estar casi todo el día con
ellos.
Mi padre estaba esperándome en el coche. Le
abracé con fuerza. Echaba de menos su olor, usaba siempre la misma colonia y
siempre que se la olía a alguien me recordaba a él. Pensé en lo unido que
estaba a mi padre. No podía permitir que Charlie perdiera eso con el suyo.
Quieras o no sólo tienes unos padres y ellos siempre, de una forma u otra,
están ahí.
[Narra
Alba]
Me
levanté sin hacer ruido. No me parecía justo despertarlo cuando podía quedarse
más tiempo durmiendo. Además no se podía decir que hubiéramos descansado mucho
durante la noche.
Mientras
me duchaba me sentí un poco mal por irme sin despedirme. Ya no le vería hasta
dentro de unos días, y aunque esa noche había sido la mejor despedida, no me
parecía bien que cuando se despertara yo ya no estuviera ni nada. Por eso
busqué un papel y un bolígrafo y me dispuse a escribir una nota despidiéndome
de él, diciéndole cuanto lo echaría de menos y lo mucho que le quería.
Cuando
entré al cuarto para dejarle la notita en la mesilla de noche me di cuenta de
que ya estaba despierto.
-
Buenos días - Le dije sonriendo.
- ¿Una
notita? Así, sin más… – Dijo. Por un momento pensé que estaba enfadado, pero me
bastó con mirarlo un segundo para darme cuenta de que estaba de broma - ¿Eso
significó esta noche para ti Lilly?
Espera, Lilly, no, era Mary…
- Ya no
me acuesto con tíos de una noche más… – Dije siguiéndole la broma – Ni si
quiera te acuerdas de
mi nombre… ¡JENIFFER! ¡Me llamo Jeniffer!
-
Bueno, eso – Dijo – Deja la nota ahí.
Me
acerqué a la mesilla de noche muy digna y cuando dejé la nota noté como sus
manos me agarraban la cintura y me empujaban hacia la cama. Me caí en ella
riendo. Me buscó la cara y me besó.
- ¡Buenos
días! – Me dijo entre besos.
- Voy a
llegar tarde y tú tienes que preparar las cosas para el viaje.
-
Verdad. Pero piensa que vas a estar tres o cuatro días sin verme…
- ¡No
sé si aguantaré! Quizás me busque a otro para, ya sabes, entretenerme y que no
se me haga tan largo…
- Me
parece – Dijo – Es razonable.
Le besé
e intenté incorporarme, pero me agarró y me tiró de nuevo encima de él.
- ¡Como
te busques otro mataré a todos los cachorros del mundo!
-
Entonces no, tengo que salvar a los cachorros del mundo.
- ¡Eso!
– Me volvió a besar.
- En
serio Louis, me tengo que ir aunque no quiera – Le dije.
- Me
encanta como suena mi nombre con tu voz, con esa pronunciación tan graciosa.
¿Por
qué era tan adorable? Así era imposible levantarse e irse a trabajar. Y más
sabiendo que no estaría en casa al volver. Sería tan rara la casa vacía sin
ellos. Les habíamos dicho que nos iríamos a otro lado pero no nos habían
dejado. En parte era algo incómodo que nos quedáramos allí y en parte no. Así
que decidimos quedarnos, además tampoco es que tuviéramos otro sitio a dónde ir
y teníamos nuestras cosas allí. Pero sería tan extraño. Estar en esa casa sin
ellos viviendo como si fuera nuestra…
- ¡Tierra
llamando a Alba! ¿No decías que tenias prisa? – Louis me sacó de mis
pensamientos.
- ¡Y
así es! – Me levanté. Esta vez me dejó, le besé – Me voy ya.
- ¡Que
te sea leve! – Dijo.
- ¿El
qué? ¿El trabajo o estar sin ti? – Le pregunté desde la puerta.
- Ambas
dos – Dijo, me acerqué y le volví a besar.
Estaba
de rodillas al filo de la cama, me agaché un poquito para besarlo y después me
quedé con mi frente apoyada en la suya.
- Recuerda
que te quiero, que te echaré de menos y que quiero que disfrutes mucho, ¿vale?
–Le dije.
Movió
su cabeza afirmativamente.
- Te
digo exactamente lo mismo – Y me besó, me rodeó con los brazos y me apretó
contra él.
- Me
tengo que ir, en serio. Llegaré tardísimo – Le dije apartándome un poco, pero
tampoco mucho.
- Vale,
ya te suelto – Al fin me soltó y me volví de nuevo a la puerta – Te quiero – Me
dijo.
- Y yo.
Me armé
de valor y conseguí salir de ese cuarto. Cogí mi bolso y me dirigí a la puerta.
El día
en el trabajo se me hizo eterno. Sólo pensaba en que estaría haciendo él.
Miraba el reloj y era como ‘ahora estará saliendo’, ‘ahora estará en el
aeropuerto’, ‘ahora en el avión’, ‘despegando’, ‘aterrizando’, ‘llegando a su
casa’… Así el tiempo pasaba muy lento. Era viernes pero no teníamos plan. Liz y
yo no habíamos hablado de ello, y no estaban Danielle ni los chicos. Yo tenía
conocidos y Liz también por el trabajo y eso, pero no sabía si tenía tanta
confianza como para salir con ellos. Además no me apetecía mucho irme de
fiesta. Si acaso una cena tranquilita y un paseo por Londres estaría bien. Se
lo comentaría a Liz cuando llegara a casa. Además así podíamos hablar
tranquilamente. Ponernos al día, estar las dos solas como en España. Sin novios
ni Harrys de por medio.
Al fin
acabó mi turno y pude irme a casa. Cogí el móvil y vi que tenía un sms. Lo
abrí, suponía de quién seria. Y efectivamente no me equivoqué, era de Louis ‘El
avión no se ha caído, sigo vivito y coleando, lo siento ;) Por cierto te echo
de menos’
[Narra
Liz]
La idea
de Alba me pareció más que perfecta. Cenita las dos solas y un paseo tranquilo.
Lo necesitaba. No sólo porque echaba de menos nuestros momentos, sino también
porque mi cabeza era un campo de batalla entre decirle que sí y decirle que no
a Harry. Hacía listas mentales de pros y contras, me imaginaba situaciones… Básicamente
no pensaba en otra cosa. Necesitaba hablarlo con alguien, necesitaba a mi
psicóloga personal y gratuita.
Elegir
el sitio para cenar fue más difícil. Queríamos cenar en algún sitio en plan
bien, no en un Mcdonalds o algo de eso. Nando’s era mejor, pero comíamos muchas
veces allí. Además queríamos algo que no fuera del todo comida rápida, nos
decantamos por uno que se llamaba ‘The Valley’, estaba en Candem Town pero no
era muy caro y parecía que la comida tenía buena pinta.
Hablamos
de estoy y de aquello. Dejé que me hablara de Louis, del trabajo, recordamos
momentos en España, aquí. Como siempre el tiempo hablando con ella se me pasó
volando. Lo pasábamos bien y ella tenía derecho a hablar de Louis, así que no
saqué el tema de Harry durante la cena. Quería disfrutar de su compañía. Que
por unos momentos mi vida no girara en torno a él. Y lo conseguí, disfruté de
aquel momento con Alba como en los viejos tiempos y pensando sólo en el ahora.
La
comida no estuvo mal. Algo cara para mi gusto. No es que fuera una agarrada
pero en aquel viaje no nos podíamos permitir despilfarrar, sobre todo porque
teníamos que ahorrar para pagar el sobrepeso que seguro que llevábamos de
vuelta.
Como
estábamos en Candem Town decidimos dar una vuelta por allí. Fuimos a la parte de
las tiendas. Todas con escaparates tan extravagantes y fachadas originales. La
gran mayoría estaban cerradas, era normal. Había algún que otro pub abierto pero
no nos apetecía mucho entrar. Además con la música sería mucho más difícil
hablar.
Seguimos
caminando sin rumbo. Ya encontraríamos una parada de metro, en Londres había
una cada dos pasos, así que no nos preocupamos mucho por si nos perdíamos. Esta
confianza no la teníamos al principio. Recuerdo que lo que más miedo me daba
era perderme por aquella ciudad inmensa, y ahora me la recorría como si fuera
la ciudad en la que llevaba viviendo toda mi vida.
- He
hablado con Harry – Le dije mientras paseábamos.
- Es
normal. La gente habla… Unos con otros – Dijo riendo.
- Las
había tontas y luego estás tú – Contesté sonriendo.
- Vale,
vale… ¿De qué hablasteis?
- Pues
de él y de mi – Dije.
- ¿Te
importaría ser más especifica? Por favor.
- Pues
es que es eso – Me costaba contárselo aunque fuera mi mejor amiga- De él, de mí
y de nuestros sentimientos.
- ¡Ah amiga! Lo de ‘vuestros sentimientos’
cambia las cosas… Así que ahora mismo quiero una versión resumida pero con todo
detalle. ¡Lo exijo!
Se lo
expliqué todo. Le comenté no sólo toda la conversación que había tenido con
Harry la noche anterior, sino también todo lo que habíamos pasado juntos en
esta semana. Y sobre todo le hablé de lo que sentía. Ella ya lo sabía, por
descontado. Me conocía muy bien, mejor que yo misma diría incluso. Pero aún así
era necesario que hablara con alguien de mis sentimientos de aquella forma. Desahogarme
y poder pedir una opinión. Además muchas veces al expresar tus sentimientos en
voz alta tu misma los ves con mayor claridad y encuentras soluciones. No fue el
caso. Tras sacarlo todo seguía igual de confusa, con las mismas dudas.
Pero al
menos Alba ya sabía todo y podía aconsejarme, entenderme o incluso simplemente
estar ahí mientras yo me decidía. Al fin y al cabo sería mi decisión y las
consecuencias las tendría yo. Aunque la ayuda de una amiga que te quiere nunca
viene mal.
hjahsajshajshaj, yo...he pensando que viviendo en la misma casa que Harry no sería tan amiga eh jaja okno, me encanta, siguienteeee <3
ResponderEliminarAlba y Louis son asjkdgsajkdgagh, cuando no la deja irse de la cama, fucking adoreibol. QUE SALGAN JUNTOS LEÑE. Después si eso se fugan al polo norte, y son felices con los pingüinos.
ResponderEliminarOh, que pena que se vayan. Espero que se solucione todo, en el caso de Harry y Liz, y en el de Charlotte y Niall. Son tan lovelys ellos hahaha. En resumen, que este capítulo es perfecto, como cada uno de los anteriores, como tu novela, y como tú.
ResponderEliminarPor cierto, Liziosidad mía, ¿sabes quién soy? No, no lo sabes hahaha. Soy -T, pero ya ha llegado el momento.. Soy @emma_lovestyles. ¿Sorprendida? Jaja, en el fondo lo sabías. Un besazo enorme guapa :)
Después de haber estado toda la noche esperando a que mi hermana me dejara el portátil me dormí y no lo pude coger, así que después de uno día aquí está mi comentario!
ResponderEliminarEste capítulo, ha sido muy bonito, a mi me ha gustado muucho! El mejor momento, y no me lo pienso dos veces ha sido ese roce de labios entre Harry y LIz! Ahora sí, espero que Liz se lo piense muy bien y elija lo que elija será la opción correcta. Aunque, hablando así, yo quiero que esté junto a Harry! Se merece ser feliz y con el lo va a ser!Por una vez, han hablado como adultos aunque bueno a Harry es inevitable que se le escape sus típicos comentarios que me encantan por cierto!Niall y Charolotte son de lo más adoreibol y espero que en un futuro, no muy lejano estén juntos y felices como se merece! Ahora sí, la pareja que no se queda atrás son Alba y Louis, esa despedida ha sido de los más BCWEUFBCWODCNO :"), me alegro que ellos al menos estén felices y juntos. Ese último momento, también me ha gustado mucho, bueono me encanta que las chicas estén juntas y pasen tiempo hablando! Y lo que más me temo, y espero que no pase, es que ahora venga un tío en plan tumblr y enamore a Liz! Ya es hora de dejar el comentario, que cuando lo estaba escribiendo se borró solo y lo tuve que volver a escribir! En fin, te adoro mucho y espero prontito el siguiente! :}
PD: @1Derfulguys
dfcsdfvsedgvsdv necesito 26 ya ya ya ! Cada capítulo me gusta más, si es que escribes genial tía! En serio, me encanta, síguela <3 @startliving_
ResponderEliminar